La industria de la moda tiene un impacto enorme sobre nuestro entorno: desde el cultivo de algodón para obtener fibras naturales al proceso de fabricación de tejidos sintéticos, siguiendo por la confección y distribución de las prendas, y terminando en el final de su vida útil. Cada prenda de ropa que compramos deja huella en el medio ambiente en forma de emisiones de CO2, consumo de recursos hídricos y energía, contaminación de agua, o uso y erosión del suelo.
Según el informe elaborado por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC) presentado en la COP24 celebrado en Katowice-Polonia, la temperatura del Planeta aumentará en 1,5 grados centígrados en una década a menos que se tomen medidas urgentes para reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2).
Los últimos años ha traído nuevas evidencias de que el cambio climático está teniendo consecuencias cada vez más graves que van desde las olas de calor en el Ártico hasta el aumento del nivel del mar y el incremento de la acidificación de los océanos.
La industria de la moda es una de las más contaminantes del planeta. ¿Por qué? Porque su producción es muy intensa y compleja en uso del suelo, en consumo de agua y en emisiones: representa el 8% de las emisiones globales de CO2*.
Cuando confluye una producción altamente compleja y contaminante con un consumo exacerbado y una fabricación deslocalizada de los países en los que se utilizará la mayor parte de dicha producción, obtenemos la “tormenta perfecta” de la contaminación: un nivel de emisiones comparable al global de toda Europa.
Aunque hay de sobra motivos para alarmarse no está todo perdido y lo más importante es actuar ya. En siguientes artículos del blog mostraremos el modo en que la moda afecta al medio ambiente y las diferentes acciones que podemos llevar a cabo cada uno para revertir la situación empezando por la REUTILIZACIÓN.
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*Fuente: modaes.es / imagen: pinterest.com
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